“Emprender” es una palabra que últimamente escuchamos con frecuencia, tomando cada día más importancia en nuestro entorno social y profesional. Cuando la utilizamos, nos referimos a personas que con talento y esfuerzo han llevado a cabo proyectos que, como resultado, les ha catapultado a ser ejemplo de independencia empresarial. Sin embargo, la pregunta de siempre es: ¿cómo lograrlo?
Lograr emprender es más sencillo de lo que parece, es una cuestión de actitud que, sentando unas bases de valores, permite a la persona ir logrando metas a medida que se plantea otras. El éxito se alcanza mientras se van cumpliendo los proyectos que nos proponemos, y además, en el camino, vamos innovando y creando nuevas propuestas.
¿Por qué le llamamos cultura? Porque al igual que la cultura como arte, el emprendimiento estudia el conjunto de saberes, creencias y pautas entre sus miembros, para intercambiar ideas y resolver las necesidades que se presentan en el trabajo diario.
Entre las características básicas para formar parte de la cultura del emprendimiento destacamos:
• Desarrollar valores como: integridad, trabajo en equipo, responsabilidad, compromiso, honestidad, perseverancia y aprendizaje constante.
• Entender que trabajar en equipo es una ventaja a la hora de crear.
• Reinventarse a medida que sacamos adelante el proyecto que se esté gestando.
• Comunicación constante con otros miembros de la cultura del emprendimiento.
Desde Fraile y Blanco, destacamos día a día historias de emprendimiento que compartimos en nuestros distintos canales y redes sociales con el fin de impulsar esta maravillosa cultura.