A lo largo de la historia, ha habido una preocupación que las empresas siempre han compartido, aunque parezca que últimamente un poco más: contar una buena historia alrededor de sus productos o servicios. Ya no hablamos de que el cliente conozca a la marca y compre lo que ésta ofrece, sino que hable de ella, se convierta en un embajador, en un creyente, en un defensor.
El mejor ejemplo de esto lo representa Apple. Los ‘fanboys’ de Apple son capaces de hacer días de cola por un teléfono que cuesta una cantidad de dinero astronómica. Y ante aquellos detractores que les digan que están locos encontrarán mil y un argumentos para defenderse.
A esta forma de construir historias alrededor de un producto y una marca ya le hemos puesto nombre. Se llama Narrativa Transmedia (echar un ojo en Wikipedia puede acercarte al concepto). Quizá ya hayas oído hablar de ello.
En el blog de Innovación audiovisual hemos localizado un decálogo para el narrador transmedia. Lo suscribimos y, por tanto, aquí lo reproducimos:
- Crea contenido genuino: imagina la realidad.
- Forja universos y no solo planetas. Las conexiones revelan múltiples experiencias de sentido.
- Aprende creando: en la concepción de la flor encontrarás el secreto de la flor.
- Crea en colaboración: crecerá tu autoría, la escalabilidad y la financiación.
- Huye del cliché: mezcla el tocino con la velocidad.
- El verdadero protagonista es el usuario. Su emoción es parte de la historia.
- Busca la interacción. Abre las puertas y ventanas a la participación.
- Fortalece los “porqués” antes de pasar al “cómo” y los “cuando”. El transmedia odia a los idiotas.
- Compromiso: que tu hemisferio izquierdo defienda la remuneración que merece tu hemisferio derecho.
- Crea tu propio decálogo. Es el mapa del futuro que construyes.