Este artículo de expansionyempleo.com nos resultó interesante porque su temática nos toca directamente. Creo que la experimentación y el pensamiento creativo son parte de la solución de uno de los problemas que aquejan al mundo laboral: El aburrimiento.
¿Es su empresa un entorno creativo?
Los equipos de trabajo diversos, que se apoyan en el conocimiento y la colaboración colectiva y que no penalizan el fracaso del empleado potencian la creatividad profesional, una competencia que se postula como la cualificación laboral del siglo XXI.
Dice el experto en crecimiento económico Richard Florida que el desarrollo de un país -o de una empresa- está estrechamente relacionado con la presencia de clase creativa entre sus profesionales. En su opinión, contar con empleados que crean en lo que hacen, se involucren, innoven y tengan iniciativa asegura la prosperidad de la organización a largo plazo.
No es el único que defiende esta teoría. De hecho, diferentes analistas en macrotendencias aseguran que la creatividad está llamada a convertirse en la cualificación profesional del siglo XXI, por encima del expediente académico y de la experiencia laboral del candidato. «El conocimiento disponible en cualquier actividad se duplica cada catorce meses, por lo que parece claro que, a corto plazo, la voluntad de aprender del empleado acabará siendo más importante que su experiencia anterior», defiende Juan Carlos Cubeiro, socio director de Eurotalent.
Sin embargo, hasta ahora parece que son principalmente las firmas de ámbito multinacional las que buscan candidatos con potencial creativo y las que, por consiguiente, fomentan más la innovación dentro de sus filas.
Google España, por ejemplo, valora que sus profesionales tengan inquietudes personales y que desarrollen otras actividades fuera de su horario laboral. Para fomentar su creatividad, la firma ha habilitado espacios abiertos en sus edificios y ha instalado pizarras en cada sala, con el objetivo de que sus trabajadores plasmen en ella cualquier idea. El resultado es que los empleados desarrollan su actividad en un ambiente relajado y se sienten en continuo crecimiento.
Dentro del mismo sector, otra de las firmas que ha entendido la necesidad de mimar a sus profesionales más proactivos es Microsoft. Su política de recursos humanos fomenta la aportación de ideas nuevas a través de un amplio margen de flexibilidad horaria y de la posibilidad de participar en proyectos multidisciplinares.
En general, las organizaciones relacionadas con las Tecnologías de la Información son las que ejercen más poder de atracción y generación de clase creativa, aunque su presencia es manifiesta en empresas de todos los sectores. Illion Animation Studios -estudio de animación español que ha producido la película Planet 51-, Pixar, Desigual -una de las firmas de moda de la Generación Y- y Mercadona -con una gestión de personas cuanto menos innovadora- son algunos ejemplos de organizaciones creativas.
En su éxito influyen diferentes aspectos, como «un estilo de liderazgo que fomenta la iniciativa y el pensamiento productivo -esto es, el que cuestiona lo establecido-, reconoce el esfuerzo del empleado y admite críticas», explica Pilar Jericó, socia de InnoPersonas. En este sentido, cabe destacar que todas las personas tenemos la capacidad de ser creativas, aunque esta competencia profesional es actualmente un bien escaso en España. Quizá porque el 80% de las empresas continúa alimentando entornos del miedo -miedo a equivocarnos, a perder nuestro empleo, etcétera-, lo que facilita la aparición de la clase reactiva, esto es, de personas con baja iniciativa y baja empatía laboral.
Por otra parte, un entorno de trabajo creativo invita a que los profesionales experimenten. «La innovación consiste en probar, no en descubrir grandes negocios que revolucionen el mercado», explicaba recientemente Clay Shirky, consultor especializado en el análisis de los efectos sociales y económicos de la tecnología, en una conferencia sobre el impacto de las redes sociales en la empresa. «Esto supone un gran cambio cultural, porque implica premiar a los trabajadores incluso si su experimentación fracasa», reflexionaba. Desde su punto de vista, Linux y Wikipedia son dos ejemplos de firmas nacidas como un experimento e impulsadas por una afición de índole personal.
Coincide con su planteamiento Ana María Llopis, presidenta de Ideas4all.com, para quien una de las principales aportaciones de internet es su capacidad de democratizar el proceso creativo. «Es lo que se llama sabiduría de las multitudes, una inteligencia colectiva que especialistas como James Surowiecki consideran más acertada incluso que el trabajo desarrollado por expertos», afirma.
En el ámbito laboral, este conocimiento compartido fluye libremente en equipos de trabajo con un alto índice de diversidad. Según Richard Florida, la presencia de personas de diferente género, raza, religión o inclinación sexual fomenta un entorno personal y profesional abierto y dinámico, lo que atrae más talento. En otras palabras, aumenta las capacidades creativas de un grupo de trabajo lo que, según Juan Carlos Cubeiro, se traduce en algo tan simple como «disfrutar con lo que se hace».